lunes, 25 de marzo de 2013

Mi sexto pensamiento: "Palabras de maestro I"

Bien, en estas líneas intentaré dar a conocer ciertas frases, aunque mejor sería decir, los pensamientos de un maestro que quiere mostrarnos lo que significa ser "maestro".
Se trata de Carlos González, licenciado en Ciencias Físicas y profesor de secundaria de Matemáticas y Física 24 años, durante los cuales, ha estado soñando con que una educación diferente era posible. Se tomó un año sabático y escribió el libro “23 maestros, de corazón: un salto cuántico en la enseñanza” en el cual imagina la historia de una clase un poco especial… donde todos (alumnos y profesor) son maestros.
Comienzo, pues, con el primer pensamiento que yo destacaría de su libro:
Había nacido un nuevo maestro, que había aprendido a mirar desde el corazón a sus alumnos. Desde esa nueva posición, no veía defectos en ellos, sino un universo de dones esperando ver la luz. Mi profesión se convirtió en algo mágico...” (p.5)

Carlos nos ofrece una mirada diferente hacia la educación, una mirada desde nuestro ser más íntimo, de aquel que siente lo que vive y vive para compartirlo. Nos habla de mirarnos en nuestro interior, de  sacar lo mejor que llevamos dentro y ofrecerlo a aquellos con los que compartimos el día a día en nuestras aulas.
Nos marca un camino de acercamiento que todo docente puede ofrecer, porque así lo sentimos, y porque esa será la única verdad que podemos transmitir. Tenemos que ver al alumno como una "persona" como él los llama, una persona llena de interrogantes y en el camino y la senda del conocimiento; sólo basta con abrir puertas, a través de las cuales ellos sean partícipes y herederos de su propio caminar. Para ello, basta una mirada diferente, una mirada sincera y un transmitir desde el corazón. Significa ver a nuestros alumnos - sea el que sea, llámese como se llame - como son, diferentes los unos a los otros, únicos y con una magia interior que tenemos que descubrir y hacerles ver que así es. Cuando esto ocurra nos daremos cuenta de lo que significa ser maestro, de la magia que tiene y de lo felices que podemos llegar a ser, y sobre todo, de la felicidad que podemos diseminar tanto en nuestro mundo como en el de los alumnos.

Debemos, por tanto, propiciar en el alumno una actitud positiva hacia su propio conocimiento, desde su propia sabiduría, que aunque a veces no lo sepa o sepamos, está ahí, y se hará evidente si sabemos posicionarnos en ese nuevo lugar del que nos habla Carlos, mirando desde el corazón, para que todos, incluido el alumno, pueda ver los dones y habilidades de los que son poseedores.

Y en esto, hablamos de las competencias, cada ser, único e indivisible, es capaz de hacer cosas hermosas en este preciado mundo, sólo basta hacerlas aflorar y nosotros - entre otros - que nos hacemos llamar maestros, seremos parte importante en el acompañamiento y en el descubrimiento de las maravillas de cada uno de ellos. ¡Que así sea!

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