lunes, 1 de abril de 2013

Mi undécimo pensamiento: "Palabra de maestro III"


Nuevamente, ¡al ataque! No sé si os lo he dicho anteriormente, pero tenéis que leer el libro de Carlos (cualquiera diría que me llevo comisión, pero como podéis ver, no, os lo podéis descargar de internet a coste 0), es un maravilloso encuentro con el maestro que todos queremos y que normalmente permanece entre bastidores en otra de esas funciones, importantes, pero que normalmente no destacamos.

Atención a lo que dice en otro de esos momentos geniales y transparentes del libro:

La sociedad no está por mejorar el sistema educativo, y la clase política es un reflejo de ésta. Para cambiar la situación haría falta transformar la enseñanza, pero esto no se puede hacer sin la fuerza social necesaria, y entramos en un círculo vicioso. Esto es algo que sufro todos los días en mi trabajo docente; querría encontrar una salida, pero, sinceramente, no la percibo. (p. 8)
A veces yo también lo pienso, ¿lo habéis pensado alguna vez vosotros? No sé cuántas leyes educativas hemos tenido en los últimos años, la LOGSE, La LOCE, la LOE, ahora la LOMCE ... ¿cuántas más tendrán que venir para darnos cuenta que la educación no trata de que unos señores teóricos y partidistas se sienten y nos digan lo que docentes y discentes tienen que saber y aprender para ser buenos ciudadanos? Yo creo que esto tiene que cambiar y darnos cuenta de que la educación es universal, que el conocimiento es universal y que el aprendizaje depende del amor que mostremos por aquello que nos interesa y nos da sentido a nuestra vida.

Queremos que los alumnos aprendan esto y no aquello, que dediquen más horas a la lengua y a las matemáticas para paliar el fracaso escolar (¡en torno al 30 % y España a la cabeza de Europa!) y defenestremos o releguemos a un segundo plano otras disciplinas como la música, el educación física (no soy profesor de ninguna de estas disciplinas) y otras maneras de educar en la que tendrían cabida otros tipos de conocimientos.

Sin ir más lejos, hace unos días hice una consulta entre alumnos de uno de mis grupos y les invitaba a diseñar un nuevo currículo en su caminar por la escuela. Salió así, sin premeditarlo, en una clase de inglés, que es lo que imparto. Y ellos, alumnos de entre 13 - 15 años demandaban disciplinas o materias como la política, la economía, la psicología, las lenguas, ... ; ellos querían tener conocimientos en disciplinas cercanas a la vida diaria para así entenderlas mejor y por qué no, mejorarlas en un futuro próximo si se cruzaban en sus caminos. Hablaban de una preparación diferente a la que les acercamos, a la que pretendemos que hagan suyas, pero que está fuera de toda realidad en la mayoría de los casos.

Como dice Carlos y como apuntan mis alumnos, para cambiar la situación en la escuela, hay que hacer un gran cambio en nuestras aulas y en la que todos familias, docentes y alumnado tengamos voz y voto. Aunque esto sería otra historia, una historia que algunos se empeñan en que sea tildada de "utopía", de rareza donde las haya, de algo sin sentido, bueno, sin el sentido que otros tienen. Estemos o no en democracia, las cosas se siguen imponiendo de una manera u otra. La enseñanza no va de esto, la enseñanza debe ser libre y abierta a cada individuo, al que siempre queremos etiquetar y hablar en su nombre.

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